La situación económica financiera, perfilada por la crisis del sistema financiero, unida a las exigencias y restricciones del sector bancario con la nueva política de riesgos, tendentes a reducir la concesión de créditos y aumentar su aseguramiento, obliga a las empresas a ser especialmente cautelosas al afrontar el cierre del ejercicio económico.
La cesión ilegal de trabajadores se produce, (art. 43 ET), “cuando el objeto de los contratos de servicios entre las empresas se limite a una mera puesta a disposición de los trabajadores de la empresa cedente a la empresa cesionaria, o que la empresa cedente carezca de una actividad o de una organización propia y estable, o no cuente con los medios necesarios para el desarrollo de su actividad, o no ejerza las funciones inherentes a su condición de empresario.”
El pasado 30 de abril se cumplieron ocho años de la entrada en vigor del RD 171/2004 sobre la coordinación de actividades empresariales.
La situación por la que atraviesa en este momento el tráfico mercantil, viene absolutamente condicionada por la ausencia de cumplimiento de las obligaciones de pago asumidas por algunos deudores. Esta circunstancia viene ocasionando, además de la frustración propia de aquél que no ve satisfecho su crédito, una desestabilización del negocio del acreedor.
La crisis económica-financiera, la reducción de liquidez y la dificultad de conseguir financiación bancaria, entre otros problemas, esta dificultando a muchas empresas, firmar contratos que por su duración necesitan de financiación, realizar inversiones que les permitan ser más competitivas, etc...
En el contexto actual, en el que las tarifas eléctricas se incrementan mes a mes, a lo que se le añade las dificultades financieras, nuevas exigencias en materia de medio ambiente, etc., las empresas industriales, deben de reflexionar sobre el uso más eficiente y responsable de los recursos energéticos, por lo que precisan de nuevos modelos de consumo, más reducidos y sostenibles, así como de inversiones más eficientes.
Los esfuerzos de mejora realizados en las empresas, con frecuencia no logran los esperados resultados, incluso alcanzando buenos datos, las métricas e indicadores utilizados para su seguimiento hacen referencia a objetivos de operaciones, que no siempre encuentran reflejo en la cuenta de resultados.
En la mayoría de los casos la influencia que tienen los costes de la organización logística, aquí no se valoran aquellos aspectos de la distribución externa sino solo los internos, sobre el coste total de la empresa puede superar el 20%.
La logística interna es la gran desconocida o la gran olvidada en la gestión de las empresas.