KIMET se fundamenta en tres realidades: el progresivo envejecimiento de la población ocupada, la dificultad de la transmisión de los conocimientos profesionales y la continua transformación de las empresas.

- El envejecimiento generalizado de la población empleada unido a la escasez de personas cualificadas y experimentadas constituye un freno al desarrollo de las empresas. Se estima que para el año 2025, las personas mayores de 60 años supondrán alrededor de un tercio de la población en países como España 31,4%, Holanda 29,4%, Francia 28,7% (Fuente: NN.UU., 2001). En Bulgaria, la población en al edad comprendida entre 35 y 64 años supera el 40% (2006). En la Industria del Metal de Bizkaia este fenómeno es ya una realidad, dado que la edad media de las plantillas en un colectivo de más de 50.000 trabajadores está cerca de los 50 años.

- Por otra parte, los trabajadores/as con experiencia concentran una gran cantidad de conocimientos tanto formales como informales (no reconocidos oficialmente), lo que representa un “poder” para los mismos; esto hace que a menudo muestren una "resistencia pasiva" a la transmisión del conocimiento, ya que entienden que su saber es una forma de mantenerse y asegurarse en el empleo.

- Finalmente los procesos de globalización económica hacen que la industria en Europa tenga que ubicarse en los segmentos de mercado de mayor valor añadido, cuestión esta para la que es clave la innovación y la correcta transmisión de conocimientos y experiencia en el seno de las empresas.

Todo ello hace necesario, la validación y formalización de estos aprendizajes para promover que el grupo de trabajadores/as de mayor edad abandone la postura defensiva y fomente su desarrollo profesional y, al mismo tiempo, la empleabilidad y se facilite la integración de la persona recién llegada a la empresa. La transmisión de conocimientos es una cuestión importante para la supervivencia y desarrollo de las empresas en el contexto actual cambiante y para alcanzar una cultura de aprendizaje.