Foto// Ignacio Sáenz de Gorbea, presidente de la FVEM.
El recorte del gasto adoptado por el Ejecutivo es insuficiente; al igual que el resto de las medidas adoptadas, que no responden a las necesidades del momento actual.
Creo que deberían tomar conciencia real del difícil momento que pasamos y de la gravedad de la situación. Ante ello, deberían responder con liderazgo, con un plan económico coherente, que genere confianza y que aborde los problemas con valentía. Y, desde luego, es urgente que pongan en marcha reformas estructurales.
La del mercado laboral, la del sector financiero, la de educación y la formación y la de I+D+i. Reformas que incluyan medidas básicas para alcanzar una economía moderna, capaz de competir en un mercado globalizado.
Claramente. El problema es que sin confianza no hay inversión, y el capital se escapa. La confianza es la base del crecimiento económico.
Hay que poner en marcha un plan de medidas coherentes. Se deben tomar decisiones difíciles pero urgentes, capaces de generar confianza en los mercados de consumo y capitales, que estimulen la economía y reduzcan el déficit.
Las medidas meramente recaudatorias no sirven para generar riqueza y empleo. Son remedios ineficaces, que nos pueden conducir a un círculo vicioso de recesión y paro. Respecto a la subida del IVA, nosotros hemos pedido que no se haga, y también hemos solicitado, de forma insistente, que no se recaude antes de que el empresario cobre la factura y que, por supuesto, no se haga en el caso de los impagos.
Nos hemos encontrado con un Gobierno al que lo único que le importa es el voto. Todas las medidas que ha adoptado persiguen únicamente ese objetivo, pero no han generado competitividad, ni riqueza, ni empleo.
Porque actualmente es un caos. Necesitamos un cambio de sistema en el mercado energético, de manera inmediata, porque estamos pagando unos peajes que nos impiden ser competitivos; más aún, si cabe, tras la subida de la tarifa del último año.
España necesita alcanzar una mayor seguridad energética, con mejores infraestructuras y redes, y con un ‘mix’ de fuentes de generación que permita un suministro seguro, previsible y a precio razonable. Somos fieles defensores de la energía nuclear: la necesitamos para ser competitivos. También estamos a favor de las renovables, pero su aportación debe ser tratada con rigor, eficiencia y rentabilidad.
Con imaginación y voluntad. Hemos sabido adecuarnos a la caída de la demanda, reduciendo las plantillas por el personal eventual, cuidando a nuestro personal más cualificado. Ha habido EREs en la mayoría de la empresas; se ha aplicado la sobriedad en los gastos y hemos tenido que tirar de fondos propios para mantener al personal y llevar a cabo ajustes de plantilla. Eso nos ha permitido evitar que se haya producido un número significativo de cierres. La reducción del tamaño de la plantilla ha sido sustancialmente menor que la reducción de la actividad y esto ha supuesto un notable esfuerzo para todas las empresas.
No creo que estemos en ese punto. Lo que pasa es que durante dos años no se ha hecho nada para remediar o paliar la situación de crisis.
Existe una cierta recuperación de la demanda, a medio plazo, impulsada, sobre todo, por la mejora de los mercados exteriores y no por el nacional.
Tras los malos resultados de los dos últimos ejercicios, sólo cabe esperar que el 2010 concluya con resultados más favorables y que lo peor haya pasado ya. No obstante, el bajo nivel alcanzado desde finales de 2008, hace que cualquier leve mejoría dé como resultado tasas de variación menos negativas e incluso positivas. Ello, sin embargo, no debe maquillar la gravedad de la situación extremadamente difícil a la que nos enfrentamos.